El roscado en hormigón se refiere al proceso de crear agujeros roscados en superficies de hormigón o mampostería para la instalación de anclajes, pernos u otros elementos de fijación. Esta técnica es esencial en proyectos de construcción y reforma donde se requiere una conexión segura y permanente al hormigón. El proceso generalmente implica el uso de un taladro percutor con una broca para mampostería a fin de crear un agujero piloto, seguido por el uso de una roscadora o herramienta de corte de rosca para formar las roscas dentro del agujero. El roscado en hormigón permite la instalación de varios tipos de anclajes, como anclajes de expansión, anclajes de manga y anclajes de expansión interior (drop-in), los cuales proporcionan una conexión fuerte y confiable al substrato de hormigón. Estos anclajes se utilizan comúnmente para fijar elementos estructurales, tales como vigas de acero, columnas y muros, así como componentes no estructurales, tales como barandillas, accesorios de iluminación y equipos. La elección del tamaño de la roscadora y del tipo de rosca depende del anclaje específico que se vaya a usar y de los requisitos de carga de la aplicación. Por ejemplo, puede requerirse una roscadora de mayor tamaño y una rosca más gruesa para aplicaciones de alta resistencia, tales como la fijación de grandes vigas de acero, mientras que una roscadora más pequeña y una rosca más fina pueden ser suficientes para aplicaciones de menor exigencia, tales como la instalación de barandillas. Además, el uso de roscadoras de alta calidad y técnicas adecuadas de perforación es fundamental para garantizar la integridad del agujero roscado y la durabilidad de la conexión del anclaje. En general, el roscado en hormigón es una técnica fundamental en proyectos de construcción y reforma, proporcionando un método seguro y confiable para fijar componentes a superficies de hormigón.